sábado, 2 de junio de 2012

La crisis de las democracias


No fue sino después de la guerra cuando las dictaduras irrumpieron en Europa […].
A decir verdad, bajo la pomposa divinización del Estado no era difícil descubrir algunas pasiones y egoísmos. Estas pasiones eran: la revancha ofensiva de las autocracias contra las democracias, bajo una forma violenta que es el efecto de los hábitos de guerra; la lucha incitada por los industriales y los grandes terratenientes aparentemente contra el peligro bolchevique, en realidad, contra toda forma de movimiento socialista; y, finalmente, aunque de menor importancia, al menos fuera de Alemania, el movimiento antisemita. Un cierto desencanto respecto a las viejas instituciones parlamentarias hizo el resto. […]
Conde de SFORZA1 , Dictateurs et dictatures
d’après guerre, 1931

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