He perdido mis certidumbres, he conservado mis ilusiones, así resumía Jorge Semprún una vida de compromiso político e intelectual. Para mi Jorge fue toda una revelación cuando estuvo en el Congreso Internacional sobre la Guerra Civil española que celebro la UNED hace ya unos años. Tras varios años de libros, estudios y debates te encuentras un día con él y te recomienda la lectura de La Esperanza de A. Malraux y te das cuenta que la literatura, como elemento de transmisión de la experiencia vivida resume en un frase lo que montones de libros de historia no expresan, "recuerden aquello que dice el personaje de Malraux, hay guerras justas, no ejércitos inocentes, eso fue la guerra civil" de repente mucha piezas empiezan a cobrar un nuevo sentido.
Los historiadores deberíamos aprender del compromiso ciudadano entendido como testimonio de hombres como Semprún o Primo Levi, su obra es un ejemplo de las potencialidades de la memoria, así lo ha dejado bien claro Enzo Traverso en su libro El pasado, instrucciones de uso. Historia, memoria, política. Es nuestra responsabilidad hacer entender que la memoria se conjuga siempre en presente y eso determina sus modalidades y sus usos. La Historia nace de la memoria, que es una sus dimensiones, a nosotros nos corresponde desde una postura reflexiva transformarla en un discurso emancipatorio como ha reclamado Semprún.
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martes, 14 de junio de 2011
Memoria de la incertidumbre. Adiós a Jorge Semprún.
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