En Gran Bretaña, fue Margaret Thatcher quien habló de "democracia de propietarios" y quien, con más energía que ningún otro politico, persiguió políticas destinadas a incrementar el nivel de propietarios de su vivienda, ampliando desgravaciones fiscales sobre las hipotecas e introduciendo un nuevo derecho a comprar sus viviendas para los inquilinos de casas de proteccción oficial. Estas ideas llevan implícito un fuerte matiz político: la creencia de que los propietarios de sus casas -para decirlo sin rodeos- tienes mayores posibilidades de ser conservadores, con minúscula y con mayúscula.
En Estados Unidos, fue la insólita figura de Herbert Hoover quien inició el impulso a la creación de políticas gubernamentales que favorecieran la propiedad de la vivienda familiar. Mas adelante, Hoover sería un modelo de conservadurismo complaciente en su estado mas soporífero, razón por la cual resulta tan extraño que hiciera semejante cruzada de la vivienda en propiedad. Para Hoover "nada es peor que el crecimiento del inquilinato y del arrendamiento" ya que " el titular de una vivienda en propiedad tiene un objetivo constructivo en la vida (...) Trabaja más duramente fuera de su casa, pasa sus horas de ocio de forma más provechosa y tanto él como su familia viven una vida mejor, disfrutan de comodidades y el refinamiento cultural de nuestra civilización moderna.
John Lanchester, !Huy! Por qué todo el mundo debe a todo el mundo y nadie puede pagar. Anagrama, 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario