Stalin decidió en
1928 la «liquidación del kulak»
como clase y la colectivización de los campesinos pobres y medios. Los kulaks se resistieron y se
entabló una lucha feroz. Durante este invierno de 1929-1930, la sexta parte del
mundo conoció una verdadera guerra civil. Centenares de millares de familias
fueron desposeídas de sus bienes y desterradas al norte. En los pueblos, los que
permanecían se adherían en masa a los koljoses, pero antes
sacrificaban sus animales en lugar de cederlos a las granjas colectivas. [...]
no se inscribían en los koljoses sino
[...] forzados bajo una formidable presión económica y administrativa. Allá
donde se producía una vacilación, se enviaba a la tropa, junto a agitadores.
Hubo centenares de pequeñas revueltas, mucho más graves en el Cáucaso y
Siberia. [...] Más del 60 % de las familias campesinas están hoy día agrupadas
en koljoses; en las regiones
más productivas no quedan, por decirlo así, explotaciones individuales. Estos koljoses son abrumadoramente
artels, es decir,
asociaciones solo de los medios de producción: tierra, útiles, animales de
labor, mano de obra, son puestos en común, conservando cada familia su casa y
su cercado.
G.
LUCIANI, Six ans à Moscou, 1937
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