Muchas
veces se ha dicho que la vida es un sueño, y yo puedo desechar de mí esa idea.
Cuando considero los estrechos límites en que están encerradas las facultades
activas e investigadoras del hombre; cuando veo que la meta de nuestros
esfuerzos estriba en satisfacer nuestras necesidades, las cuales, a su vez,
solo tienden a prolongar una existencia efímera; que toda nuestra tranquilidad
sobre ciertos puntos de nuestras investigaciones no es otra cosa que una
resignación meditabunda, y que nos entretenemos en bosquejar deslumbradoras
perspectivas y figuras abigarradas en los muros que nos aprisionan; todo esto,
Guillermo, me hace enmudecer. Me reconcentro en mí mismo y hallo un mundo
dentro de mí; pero un mundo más poblado de presentimientos y de deseos oscuros
que de realidades y de fuerzas vivas. Y todo, entonces, se tambalea ante mis
sentidos, y sigo por el mundo con mi sonrisa de ensueño.
J. W.
GOETHE, Los sufrimientos del joven Werther,
1774
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viernes, 27 de enero de 2012
EL HÉROE ROMÁNTICO ATORMENTADO
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