Páginas

lunes, 25 de febrero de 2013

NI DIOS, NI PATRIA, NI REY. EL ANARQUISMO.

La idea central del anarquismo es la negación de toda autoridad pública o privada, aunque no cubre más que una parte de esta compleja y diversa ideología. Diversidad que se expresa en las distintas tendencias de los teóricos y de los líderes del movimiento anarquista y en los diferentes términos con los que se designa a sus partidarios (anarquistas, ácratas, libertarios).
A Guillermo Godwin (1756-1836) se le considera el primer teórico del anarquismo. En su Indagación acerca de la justicia política (1793) realiza una crítica contra toda forma de organización política. Para Godwin el hombre es innatamente bueno y sólo la sociedad corrompida por el Estado lo corrompe a su vez. Sus tres ideas más destacables fueron: su fe en el progreso, su confianza en la bondad innata del hombre y la hostilidad hacia el Estado.

Por su parte, Max Stiner (1806-1856) en su obra El individuo y la propiedad, atacaba violentamente la moral burguesa, la religión, la propiedad y toda forma de organización política existente. Pero fue Proudhon quien negó tajantemente cualquier forma estatista de gobierno, influyendo directamente en la figura más representativa del movimiento anarquista del siglo XIX, Mijail Bakunin (1814-1876).

En los escritos anarquistas, y Bakunin en especial, encontramos una vertiente moral, en la que se exalta la libertad del individuo, concebida socialmente, “sólo soy verdaderamente libre, cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres” ; de formula un ateismo radical, que rechaza la Iglesia como institución  pero admite en la sociedad la pluralidad de cultos, estimando la religión un reducto de la conciencia, y se ensalza, como instrumento de cambio social, la educación popular. Este ideal educativo inspira la actividad de muchos anarquistas, que difundieron las ideas por medio de la propaganda oral entres las poblaciones analfabetas.
            Desde el punto de vista político tres ideas destacan en el pensamiento de Bakunin:
- La eliminación del Estado, instrumento siempre represivo.
- La desaparición de los ejércitos, innecesarios al desaparecer los Estados.
- Creencia en la revolución campesino, hecha desde abajo, por las masas, de manera espontánea.
            En definitiva, el rechazo de todo poder. Su sociedad nueva, sin Estad, sin poderes institucionales, se montará sobre comunas autónomas, pequeñas células en régimen de autogestión, que elegirían por sufragio universal de hombres y mujeres a sus autoridades y que podrán federarse o separarse libremente de otras células similares. Dentro de estas comunas la propiedad será colectiva; la supresión paulatina de la propiedad privada debe iniciarse por la supresión también progresiva del derecho de herencia. El ideal del anarquismo es una sociedad de hombres y mujeres absolutamente libres que no obedecen más que a su razón. Su ponderación de las pequeñas células autónomas se sitúa en contra de los resultados de la Revolución Industrial, en la que se producen grandes concentraciones de población, y donde resulta imposible este ejercicio constante de la soberanía por la base popular.
            Al llamado anarco-colectivismo de Bakunin, que supone la colectivización de los instrumentos de trabajo, el capital y la tierra, pero no de los frutos, “a cada uno según su trabajo” sucede el anarco-comunismo, de Kropotkin, Eliseo Reclus, Dumartheray, Paul Brousse, que predican la necesidad de colectivizar no sólo los instrumentos sino también los productos, argumentando que en una economía industrial es imposible determinar la parte de trabajo y en consecuencia la riqueza acumulada pertenece a todos.

            El anarquismo del siglo XIX consideraba al campesinado y a los sectores marginados de la sociedad como la fuerza revolucionaria por excelencia y no al proletariado industrial. De ahí su mayor arraigo en los países y regiones de la Europa centro-oriental y mediterránea básicamente agrarios y poco industrializados. Rechaza la organización de los obreros en partidos políticos (apoliticismo) con vistas a la conquista del Estado y la implantación de “gobiernos revolucionarios” aunque sean provisionales. Piensa, en definitiva, que la revolución debe consistir en un proceso violento y destructivo que desde el primer momento debe tender a crear una sociedad nueva de hombres absolutamente libres, sin Estado, sin instituciones y organizados en comunas autónomas.

            Para lograr esos objetivos e implantar una sociedad anarquista algunos grupos y tendencias anarquistas, no todos, fueron partidarios de la destrucción violenta del Estado mediante diversas estrategias que van desde la revolución violenta y espontánea a la acción directa o el terrorismo (la “propaganda por los hechos”) que consistía en atentados dirigidos contra personas o instituciones estrechamente ligadas al orden capitalista y burgués.

CUADRO-ESQUEMA. DIFERENCIAS ENTRE EL MARXISMO Y EL ANARQUISMO.


MARXISMO

ANARQUISMO
Basada en la lucha de clases (fuerza social)
Interpretación materialista
CONCEPTO DE LA HISTORIA
Basada en la individualidad, en el hombre concreto
El proletariado, como clase social revolucionaria que debe alcanzar el poder del Estado mediante la organización de la clase obrera
PROPUESTA REVOLUCIONARIA
Creación de situaciones revolucionarias mediante actos espontáneos y aislados.
En manos del estado proletario
PROPIEDAD

En manos de las comunas
Ateismo
RELIGIÓN
Ateismo
Mas importante lo colectivo

SOCIEDAD
Libertad individual
- Mayor éxito en los ambientes industriales
Internacionales obreras
Carácter unitario
FORMAS DE ORGANIZACIÓN
Federalismo
Desaparición de todo organización de arriba abajo
Centralismo
ADMINISTRACIÓN

Federalismo
Ejército proletario
EJÉRCITO

Destrucción del ejército
Participación en política
POLÍTICA
No hay que participar en político
Dictadura del proletariado
Defienden el Estado proletario, que debe sustituir  al Estado burgués
-Defienden el grupo, el colectivo

RESPECTO AL ESTADO
Propugnan su destrucción de cualquier tipo de Estado.
- Defensa del individualismo
Nacimiento y expansión del socialismo en el mundo
- Tiene vigencia todavía en algunos países
INFLUENCIA
Surgimiento del sindicalismo revolucionario
- Adopción de actitudes políticas por parte del proletariado.

domingo, 24 de febrero de 2013

EL INTERNACIONALISMO OBRERO.


¿Qué motivó el surgimiento de un movimiento obrero de carácter internacionalista? 

La toma de conciencia de los problemas comunes que afligían al proletariado en todas las naciones industriales suscitaba la necesidad de una organización que encauzará la movilización del obrerismo europeo. Dos procesos contribuyeron a la aparición de una organización internacional del movimiento obrero:

- La conciencia solidaria de que los problemas del proletariado eran los mismos en todas las naciones.
- La experiencia de que la acción esporádica de las masas debía sustituirse por una actividad organizada, como pedía Marx. En ese sentido, el fracaso de la revolución de 1848 marcará este planteamiento.
Tras las revoluciones de 1848 hubo un retroceso general de los derechos obreros, sobre todo en lo referente al derecho de sindicación y de huelga. Solo en Gran Bretaña siguieron existiendo Uniones Sindicales (Trade Unions), estrictamente profesionales, olvidando los planteamientos revolucionarios.
A pesar de ello, en 1863, a raíz de la invitación de los obreros británicos, se constituyó en Londres un Comité y se elaboró un llamamiento en el que destacan la necesidad de organizar congresos que reunieses a los obreros de todos los países y para hacer frente común de lucha contra los gobiernos y las prácticas del capitalismo (como la de la patronal británica que a menudo recurría a los obreros del continente para boicotear las huelgas de los tradeunionistas).

  ¿Cuándo se pone en marcha el proyecto? 

Tras numerosos contactos y correspondencia entre británicos y franceses se convocó en el Saint-Martins Hall de Londres, el 28 de septiembre de 1864, una reunión a la que asistieron dirigentes trade-unionistas británicos, franceses de diversas tendencias, políticos y líderes obreros de varios países, algunos emigrados políticos alemanes, entre ellos Marx. Se trata de un grupo heterogéneo desde el punto de vista ideológico (marxistas, proudhonianos, cartistas, socialistas de todas las tendencias) y social (mayoría de obreros, abogados, políticos y filántropos)  pero se formó un comité para redactar los estatutos de una posible asociación internacional.

¿Qué principios inspiraron la I Internacional? ¿Cuál fue el papel de Marx en la génesis de la A.I.T?                                                                                                                           

Marx asistió pasivamente a la primera sesión y sólo comenzó a actuar tras varias propuestas fallidas. En octubre un subcomité  elabora los estatutos y una declaración de principios, a Marx se le encarga un Llamamiento inaugural de la Internacional donde subraya varias ideas clave:
1. La Internacional no debe abolir las asociaciones nacionales, de diferente ideología en muchos casos, sino potenciar a escala mundial su actividad.
2. La emancipación de la clase obrera será obra de los propios trabajadores.
3. No habrá emancipación sin lucha por el poder político.
Estos postulados quedaron reflejados en el Preámbulo de los Estatutos de la Internacional y la Marx termino por configurarase como el pensador principal. Se acuerda que se celebrará un congreso anual y se crean dos órganos: un Consejo General, órgano ejectuvo entre congresos, en el que estaban todas las secciones nacionales, y un Congreso, órgano máximo de decisión.

¿Qué debilidades y problemas tuvo la I Internacional?

Podríamos indicar las siguientes:
1. La influencia numérica de la Primera Internaciona fue modesta. En su momento de apogeo, mientras las Trade Unions británicas contaban con más de 800.000 afiliados, la AIT no tenía más de 50.000 en Gran Bretaña.

2. Al apoyar la Internacional las huelgas en los distintos países, los gobiernos tomaron medidas contras sus ramas nacionales.

3. Pluralismo de objetivos (huelgas, pacifismo, gradualismo,revolución, mutualismo, vía parlamentaria, etc..) y grupos que obstaculizó  el funcionamiento de la asociación.

4. La guerra franco-prusiana de 1870 supuso una crisis de conciencia (se repetirá en la guerra del 14), al solidarizarse parte del proletariado antes con su nación que con su interés de clase.

No obstante, fueron los conflictos ideológicos entre los sectores anarquistas y los socialistas marxistas la traba más fuerte para la consolidación de la I Internacional. Primero la oposición entre Marx y los seguidores de Proudhon (partidarios del mutualismo, la ayuda mutua y el rechazo de las vías revolucionarias ) y marxistas (socialización de los medios de producción y huelga como mecanismo de presión) y, en segundo término, el duro debate entre Marx y Bakunin. En los primeros Congresos los proudhonianos imponen sus criterios. Sin embargo, desde los Congresos de Bruselas (1868) y Basilea (1869) triunfan las tesis marxistas. Precisamente en Basilea hace su aparición un nuevo personaje, Mijail Bakunin. Éste había fundado en 1868 la Alianza Internacional para la democracia socialista  que contaba con buena parte del apoyo de las secciones nacionales italiana, española, suiza y francesa. Pidió la adhesión  a la I Internacional que, a pesar de la oposición de Marx, se materializó en este año.
A partir de aquí y en los sucesivos Congresos se desarrollaron agrios debates entre los dos grandes teóricos del movimiento obrero. Aunque tanto marxistas como bakuninistas o anarquistas pretendía un mismo objetivo (la revolución social así como la instauración de una sociedad sin clases) sus puntos de divergencia constituyen un abismo insalvable materializado en el Congreso de La Haya de 1872 con el resultado de que Bakunin y los delegados bakuninistas de España, Italia y Suiza quedaron en minoría y fueron expulsados de la Internacional. No obstante, los anarquistas convocan otro congreso en Saint-Imier para rechazar los postulados del marxismo  y definen su posición: antiautoritarios contra el socialismo autoritario de Marx (en el centro del problema está la diferente concepción del poder revolucionario).

El debate teórico entre Marx y Bakunin.

Diferente concepción de la historia. Marx concibe la historia como un proceso de fuerzas suprepersonales (lucha de clases, modos de producción, relaciones de producción) mientras Bakunin centra su atención en el hombre concreto, al que considera capaz de vencer las fuerzas de la historia. Bakunin es más individualista.

Diferente concepción de la estrategia revolucionaria.Para Marx la revolución social ha de prepararse, con una primera fase de toma de conciencia, y será protagonizada por el proletariado industrial. Para Bakunin las accciones individuales y los actos espontáneos pueden crear una situación revolucionaria, además, considera a los campesinos (jornaleros) como las masas revolucioanrias en potencia. El anarquismo se difundió más por los países de base agraria e insuficiente industrialización como España y Rusia.

Diferente concepción del Estado (punto clave de su desacuerdo). Para Marx el objetivo de la revolución social es la conquista del Estado y la implantación de una dictadura del proletario transitoria (Dictadura en el sentido de gobierno provisional y no de gobierno autoritario) hasta la abolición de las clases sociales mediante el principio de “a cada cual según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”  mientras que Bakunin era partidario de la destrucción del Estado y de todas las instituciones que los sostienen (ejército, Iglesia, etc.) y sustituirlo por una libre federación de comunas. A sí mismos los anarquistas se llaman “socialistas antiautoritarios”. En ambos autores tenemos un análisis del poder, en Marx más estratégico, en Bakunin más idealista.

Diferente concepción de la política. Para los marxista el juego político, la intervención en las elecciones y parlamentos es un medio, aunque no el fin último, para el anarquismo, apolíticos por princio, partidos y sindicatos son organismos de poder y el juego electoral y parlamentario, lo que les resto influencia.

Diferente concepción de la Internacional. Bakunin era partidario de una organización descentralizada y se oponía al dominio del Consejo General sobre las secciones obreras.

La experiencia de la Comuna. El debate sobre el gobierno obrero. 

La Comuna de París fue, a pesar de su brevedad (septiembre 1870 y marzo- mayo de 1871), la primera experiencia de gobierno obrero. En su origen debemos tener en cuenta los siguientes acontecimientos:
a) Las pérdidas humanas y la  rápida derrota militar de Francia en Sedán (guerra franco-prusiana) dejo un vacío de poder en el Estado francés. El último gobierno del Segundo Imperio había huido a Versalles.
b) El anunció de un armisticio con Alemania.
c) La imposición de Bismarck (los prusianos llegan a París en enero de 1871) de la convocatoria de unas elecciones a la Asamblea Nacional (sin apenas propaganda electoral, listas electorales, ni participación del electorado) dan como resultado la formación del primer gobierno de la nueva III República Francesa bajo un gobierno conservador liderado por Thiers, no así en París, donde sale una Asamblea Popular. 
d) El avance de las tropas alemanas que amenazan con bombardear París desató el levantamiento de la ciudad. 
Desde septiembre de 1870 París había quedado en manos de comités de distrito, con un comité central, que tenía bajo sus órdenes a los 66.000 hombres de la guardia nacional.  De las elecciones de 1871 sale una Asamblea Popular formada por diferentes grupos políticos (republicanos radicales, jacobinos, blanquistas, proudhonianos, bakuninistas). En estas circunstancias se inició en París una revolución de carácter democrático y socialista que tiene su programa en la Declaración al pueblo francés del 19 de abril. Durante su breve gestión, la Comuna intentó:
- Organizar un nuevo modelo político formado por comunas autónomas directamente elegidas por el pueblo.
- Derecho ilimitado de reunión y prensa.
- Enseñanza gratuita, obligatoria y laica.
- Supresión del trabajo nocturno.
- Se ensaya la autogestión obrera de los talleres abandonados.
- Se requisan los pisos vacantes.
- Se decreta (redactado por Courbet) la liberalización del arte.
La Comuna fue una experiencia urbana, con gran repercusión internacional, pero con un seguimiento reducido a ciudades como Lyon, Marsella o Saint Etienne y sin lograr movilizar al resto de Francia. En ese contexto, las tropas del gobierno de Thiers avanzan hacia París. Mac Mahon con 170.000 hombres ha de entablar duras batallas, durante los meses de abril y mayo, para entrar en la capital. La represión dirigida por el general Gallifet es durísima, es la llamada “Semana Sangrienta” que se convirtió en una auténtica guerra civil urbana, siendo procesados 47000 communardes, de los cuales 30.000 fueron fusilados.
Los acontecimientos de la Comuna fueros interpretados por los contemporáneos de modos muy diversos.
* La versión conservadora y burguesa la consideró como una explosición social que puso en peligro los intereses de las “clases laboriosas”. La mayoría de los gobiernos europeos, alarmados por los sucesos de la Comuna, que consideraban fruto de la agitación internacionalista, persi¬guió a la AIT, a la que declararon fuera de la ley
* Marx, en su obra La guerra civil en Francia, consideró la Comuna como el primer intento de crear un gobierno revolucionario equivalente a su idea de dictadura del proletariado. En la Comuna, el Estado pasó de ser opresor a emancipador de la clase obrera.
* Para Bakunin y el anarquismo fue una primera experiencia de sustitución del Estado por una organización comunal y de autogestión obrera.

¿Contribuyó la Comuna al hundimiento de la I Internacional?

La derrota y represión de la Comuna tuvo efectos en la política de la AIT. Marx opinaba que el fracaso de ese primer gobierno obrero se debía a la falta de un programa político coherente y de una organización adecuada. Bakunin, por el contrario, destacaba como virtud el carácter espontáneo y popular del movimiento. Las diferencias se van a centrar en la concepción centralizada del gobierno revolucionario marxista frente al federalismo anarquista y la imputación de unos a otros de la responsabilidad del fracaso de la Comuna.
Por otro lado, la mayoría de los gobiernos europeos, alarmados por los sucesos de la Comuna, que consideraban fruto de la agitación internacionalista, persiguió a la AIT, a la que declararon fuera de la ley.
Disolución.
Tras el Congreso de La Haya Marx y sus seguidores deciden el traslado del Consejo General de Londres a Nueva York, en 1876 en el Congreso de Filadelfia se acuerda la disolución. El anarquismo osci­ló desde entonces entre la táctica «insurreccional» de Bakunin y la «colectivista» de Kropotkin y el mar­xismo, por su parte, fortaleció la tendencia a crear partidos políticos obreros, independientes de los par­tidos burgueses.

Los Partidos Socialistas y la II Internacional.

La Segunda Internacional fue fundada en 1889 en París. Se constituyó en la gran organización obrera mundial. Nota diferencial de la II Internacional es el respeto por las diferentes opciones de los partidos nacionales, entendiendo la organización como una federación que, a diferencia de la I Internacional, no impone acuerdos y acepta la pluralidad de estrategias. No obstante, el innegociable apoliticismo de los sectores anarquistas provoca su expulsión en los congresos de Zúrich (1893) y Londres (1898). El viejo debate Marx-Bakunin se reproduce entre Malatesta y Bebel.
Los años que van de 1875 a 1914 se caracterizaron por la fundación y la consolidación de partidos socialistas, de orientación marxista, en toda Europa. En 1875, mediante la fusión de dos organizaciones obreras alemanas en el Congreso de Gotha, se fundó el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Dos años más tarde, este grupo contaba con medio millón de votos, por lo que le correspondieron doce diputados en el Reichstag (parlamento alemán). En 1890, el número de votos se triplica¬ba, y ya conseguía 35 escaños.
En 1879, un grupo de marxistas españoles, dirigidos por Pablo Iglesias, fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), un año despúes el Partido Socialdemócrata Danés. En Francia el socialismo se encuentra dividido en dos tendencias, la rama dirigida por Guesde, más ortodoxa y, la otra rama que seguía al intelectual Jaurés. Jaurés consiguió una síntesis, aceptando las elecciones y la vía parlamentaria junto a la huelga y los golpes revolucionarios. Las dos ramas se unieron a partir de 1905 formarndo el Partido Socialista Francés.
En los años siguientes se constituyeron el Partido Socialdemócrata Holandés, el Partido Obrero Belga, el Partido Obre¬ro Socialdemócrata Austríaco, el Partido Socialista Sueco, la Federación Socialdemócrata Inglesa, etc. En 1893 se fundó en Gran Bretaña el Independent Labour Party y, en 1906, el Partido Laborista, que unificaba diversos grupos socialistas y sindicales; ocho años después, este partido tenía ya un millón y medio de afiliados.
El Partido Socialdemócrata Alemán se consideraba la organización modélica que la mayoría de los partidos socialistas debía intentar imitar. Cualquier ciudadano podía inscribirse y, fuera joven, mujer, parado o jubilado, disponía de su propia organización dentro del partido. Una compleja red de asociaciones, cooperativas, casas del pueblo o centros cul¬turales hacía de la socialdemocracia una especie de sociedad alternativa, en la que se podía compartir una cultura específicamente obrera.

La Segunda Internacional tampoco estuvo libre de debates ideológicos internos:
a) La tendencia revisionista, que tiene en E. Bernstein y su libro Las premisas del socialismo y la misión de la socialdemocracia el principal exponente. Considera errónea la tesis de Marx de crisis del capitalismo y defendía la necesidad de actuar en la vida política para lograr reformas sociales, lo que suponía establecer alianzas del socialismo con partidos no obreros.
b) La tendencia evolucionista representada por el checo Kautsky. Defendía el carácter inevitable del derrumbe del capitalismo, por lo que era contrario a la revolución y aconsejaba una posición de quietud y espera. Mientras tanto se reclama el sufragio universal (incluido el femenino), enseñanza laica y jornadade 8 horas.
c) La tendencia ortodoxa está dirigida por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, quienes critican el reformismo, a la izquierda de la ortodoxia estaría el socialismo ruso de Lenin que no aceptan ningún cambio en las tesis marxistas y la estrategia revolucionaria.
Además de los debates teóricos, en torno a las versiones ortodoxas o revisionistas del pensamiento de Marx, se plantearán grandes cuestiones:
a) De índole táctica:
1. La posibilidad de participar en posibles gobiernos de coalición (ministerilismo) con partidos burgueses (republicanos). El primer socialista en hacerlo será en francés Millerand.
2. La Huelga General Revolucionara. Se acepta la huelga como mecanismo de presión pero no como golpe de fuerza revolucionario.
b) De índole internacional:
1. La cuestión colonial. En el Congreso de Stuttgart (1907) de proclemá el deber de combatir la explotación colonial y el imperialismo.
2. La posibilidad de la guerra. La política de bloques (Paz Armada de 1870-1914) suscita la cuestión de la guerra y la paz y otro más profundo nacionalismo o internacionalismo. En el Congreso de Basilea de 1912 el socialismo se define antimilitarista y pacifista. El 4 de agosto de 1914 el Partido Socialdemócrata alemán vota en el Parlamento los créditos de guerra, es el golpe tremendo que rompe el ideal marxista de que el obrero no tiene patria, el internacionalismo es el primer herido de guerra.
Entre los años 1914 y 1917 la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa liquidaron la Segunda Internacional. La Revolución Rusa abría un interrogante: si debía seguirse la vía bolchevique revolucionaria en todos los países. Finalmente los partidos comunistas crearon su propia organización: la Tercera Internacional en 1921.






miércoles, 20 de febrero de 2013

BASES IDEOLÓGICAS DEL MOVIMIENTO OBRERO. EL SOCIALISMO UTÓPICO.


Desde un punto de vista ideológico, la respuesta a los abusos del capitalismo industrial y a la indefensión de los obreros frente a sus patronos, dio lugar al desarrollo de las primeras teorías sociales que intentaban dar soluciones a esa situación.
Nacen así los primeros socialistas, más tarde denominados “utópicos” que fueron, principalmente, en Francia, Saint-Simon, Fourier, Proudhon, y en Gran Bretaña, Owen. El socialismo utópico proyectó comunidades cuyo modelo esperaban extender pacífica y progresivamente. Esta forma de propagar sus reformas sociales, alejada de la lucha de clases, es lo que les mereció el calificativo de “utópicos”, termino que se consolidó a raíz de la obra de Marx y Engels, El Manifiesto Comunista, proyecto de socialismo científico alternativo al utópico. Las ideas fundamentales del socialismo utópico se pueden resumir en:
- Denunciaron la explotación y la miseria que sufrían los obreros y obreras
- Criticaban al sistema capitalista, basado en la propiedad privada, la competitividad y el ansia ilimitada del beneficio
- Planteaban sustituirlo por un sistema de organización social y de producción realizados de forma colectiva y cuyas rentas estuviesen igualmente repartidas. En algunos casos proponen sociedades ideales basadas en la armonía más que en el conflicto y la competitividad. Priman la solidaridad, la filantropía y el amor fraternal.
- Confiaban en que la tarea de reformar la sociedad capitalista y eliminar sus males (explotación, miseria, degradación) podía realizarse pacíficamente, sin necesidad de una revolución o lucha de clases que enfrentase violentamente a obreros y capitalistas. 
Pero, entre otras cosas discrepaban en cuanto a la forma ideal de organización de la sociedad, la propiedad privada y el papel del Estado.

Conde de Saint-Simón (1760-1825): noble ilustrado partidario de la supresión del Antiguo Régimen. Elaboró en su obra Catecismo político de los industriales (1819), un socialismo industrial. Para Saint-Simón la sociedad ideal sería aquella en la que se eliminase la injusticia y la división de la sociedad en “trabajadores” (burguesía, campesinos, artesanos y obreros) y “ociosos” (nobleza y clero) por una sociedad industrial en la que la tecnología estuviese al servicio de todos y gobernaba por los más capaces, los magnates de la industria y los científicos (tecnocracia).  Es un socialismo de carácter productivista más critico de la nobleza que de los problemas industriales.

Charles Fourier (1772-1837): proveniente de una familia burguesa comercial, elaboró sus teorías que rechazaban la organización social existente, de la que resalta los aspectos más inhumanos de la producción a gran escala y de competencia (explotación, miseria y monotonía laboral). Como alternativa a la organización capitalista propone establecer una organización social más adecuada a la naturaleza del hombre. Esa  nueva forma de organización social son los falansterios. Se trata de pequeñas comunidades (entre 1500 y 2000 personas) que se crearían por la acción voluntaria; en las que cada trabajador aportaría un mínimo de capital y realizaría aquel trabajo más adecuado a su carácter; y en las que se trabajaría en armonía mutua, eliminándose el beneficio y la competencia. Estas comunidades se basarían, sobre todo, en el trabajo agrícola que Fourier consideraba como la principal y la más natural ocupación de los hombres, lo cual implicaba un rechazo completo a la sociedad industrial.

Robert Owen (1771-1858) es uno de los pocos socialistas utópicos británicos. Influido por los problemas de la sociedad industrial (él mismo fue propietario de una fábrica, New Lanark al contrario que Fourier no pensaba en una vuelta a una sociedad preindustrial reformada. En Owen se distinguen dos etapas. Una filantrópica (1813) en la que intenta convertir su propia empresa en una fábrica-modelo (reducción de la jornada laboral, creación de escuelas y de cooperativas de consumo), confiando en que otros empresarios adoptarían medidas similares. Otra cooperativista 1831-1844 en la que rechaza totalmente el sistema capitalista y propone la creación de comunidades o colonias agrícolas e industriales que reemplazarían sin violencia las estructuras existentes. En estas colonias el trabajo sería igualitariamente repartido, no habría salarios en forma de moneda sino en bonos-trabajo y tanto la producción como el consumo estaría socializado. Owen intentó organizar en Gran Bretaña esas cooperativas, esperando hallar apoyo de los empresarios y el Estado. Decepcionado, marchó a los EE.UU donde, en 1824, fundó una de esas cooperativas , la New Harmony, que terminó en fracaso. Owen destaca tanto por ser el inspirador del cooperativismo como por su notable papel de dirigente sindical en la etapa 1830 a 1836.

Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865) fue el primer socialista en llamarse a sí mismo anarquista. Concibe que, en la sociedad futura, el Estado debe desaparecer y ser sustituido por dos nuevas formas de organización: el mutualismo y el federalismo. La nueva sociedad deberá estar organizada en pequeñas unidades agrícolas y artesanales, basadas en la ayudad mutua y en la autogestión por los propios trabajadores que se asociarán o federan libremente, haciendo desaparecer de esta manera el centralismo y el autoritarismo del Estado. Aunque es una de sus primeras obras ¿Qué es la propiedad? (1840) respondía que “la propiedad es un robo” Proudhon no se oponía totalmente a la propiedad privada en sí sino a la propiedad absoluta del capitalista que implica la negación de la existencia del interés social. Su pensamiento influyó en el anarquismo y los obreros del París de 1850-1860 así como en la sección francesa de la AIT.

Étienne Cabet (1788-1856), en su obra Viaje a Icaria defendía la supresión de la propiedad privada y el comercio, y la organización democrática de la política.


CONDICIONES DE VIDA Y TRABAJO DE LA CLASE OBRERA EN EL SIGLO XIX.

La otra cara de la moneda de la Revolución Industrial fueron las condiciones de vida de los hombres y mujeres que trabajaron en aquellas fábricas, sus durísimas condiciones de vida, la explotación infantil y los salarios tan insignificantes que apenas permitían subsistir, en el mejor de los casos.
El capitalismo industrial y su sistema de fábricas crearon una nueva clase de trabajadores, unidos por la condición común de disponer de una sola fuente e ingresos: el salario que recibían a cambio de su trabajo.
Los obreros o proletariado eran un nuevo grupo social. ¿De donde procedían sus miembros?
→ Campesinos: excedente de mano de obra.
→ Empleados del sistema de trabajo a domicilio.
→ Artesanos independientes de los gremios.
El nuevo modo de producción mucho más intensivo en trabajo y la introducción de las máquinas produce la deshumanización del trabajo como derivación de la acentuada división del trabajo. Frente al artesano que moldea su mercancía ahora aparece el que repite mecánicamente una sola tarea. El proceso formativo del artesano se reduce y nos encontramos con una mano de obra presa de su escasa cualificación profesional.

Las condiciones de trabajo: Condiciones de trabajo muy duras.
Son numerosos los informes, libros y folletos que denuncian la situación de la clase obrera. En ellos se constatan los males que comportaba para la población obrera la industrialización y el proceso de explotación capitalista al que se veían sometidos por la ausencia de leyes que les protegiesen. El afán del empresario por obtener beneficios llevaba a la reducción de costes vía reducción de salarios, hasta llegar a la ley de bronce de los salarios de  David Ricardo y que consistía en igualar salario nominal y real en niveles de subsistencia.
Durante el siglo XIX las condiciones de trabajo tuvieron una serie de pautas comunes:
→ Largas jornadas laborales. Entre 14 y 16 horas.
→ Disciplina estricta (castigos corporales, sanciones económicas).
→ Supresión de descansos dominicales y festivos.
→ Despidos frecuentes.
→ Inexistencia de pensiones por enfermedad.
→ Ausencia de derechos laborales o sindicales.
→ Condiciones insalubres en la fábrica (humedades, altas temperaturas, escasa luz, polvo de algodón) que conllevan enfermedades, tuberculosis… El lugar de trabajo aparece definido en la novelas de Charles Dickens.

El trabajo infantil y femenino.
La mujer ha sido la gran olvidada como protagonista de la Revolución Industrial. La causa por la que en las estadísticas sólo aparece que  ¼ de las mujeres trabajaban en el sector industrial es porque los censos presentaban muchas lagunas al no incluir las casadas o aquellas que trabajaban en oficios prohibidos, como en el sector minero.
En el sector textil fue donde trabajó el porcentaje más elevado. Una de las causas de la capitalización del sector fueron los bajos salarios de las mujeres y niños. La nota más trágica fue la prostitución como consecuencia del hambre, que fue una constante en el mundo laboral. 
La mayoría de las mujeres trabajaron en el textil, el servicio doméstico o en tareas agrícolas, aunque también en las minas. Los salarios de las mujeres eran sustancialmente inferiores a los de los hombres (aproximadamente la mitad), y el de un niño pequeño, de 8 a 12 años, era la cuarta parte que el de un hombre, algo menos aún que el de la mujer.
El trabajo infantil fue muy importante para equilibrar la escasa economía familiar obrera, siempre al nivel de subsistencia. Niñas y niños tenían largas jornadas de 14 horas diarias, que a veces llegaba a 18, y percibían míseros salarios. La asistencia a la escuela era imposible y si se producía con aprender a leer y escribir ya era suficiente. La sociedad burguesa veía con buenos ojos el trabajo infantil (el hambre no es cosa que trate la moral, es su peor enemigo al ponerla siempre en cuestión).
La legislación protectora de la infancia fue escasa y se aplicó sin demasiado interés. Aunque las primeras legislaciones prohibicionistas datan de 1833 sólo a partir de mediados del siglo XIX se puede hablar de cierta mejora, con todo, la explotación de menores fue una constante del capitalista (y todavía hoy) hasta bien entrado el siglo XX. 

SOCIEDAD DE CLASES. NUEVAS Y VIEJAS DIFERENCIAS. EL PREDOMINIO BURGUÉS


La organización social propia del Antiguo Régimen se caracterizaba por la existencia de estamentos, grupos cerrados a los que se pertenecía por nacimiento y donde existía una desigualdad jurídica que comportaba una desigualdad económica. Con la revolución liberal y el ascenso de la burguesía al poder se proclama la igualdad jurídica (Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano) y desde  entonces las relaciones sociales se establecieron en torno al concepto de clases sociales.

Los individuos pertenecientes a una clase se definen por su posición económica común, lo que permite diferenciar a los propietarios de bienes (capitalistas) y los que sólo poseen su fuerza de trabajo (proletarios). ¿Significa esto que desaparece la nobleza y la sustituye la burguesía? No, simplemente se produce un reajuste en la élite social a consecuencia del nuevo modelo socio-político liberal y los procesos económicos derivados de la industrialización y las nuevas formas de propiedad.
Por tanto, dos grupos sociales tienen la hegemonía social: la nobleza readaptada a la nueva situación donde propiedad y generación de riqueza sustituyen el antiguo privilegio jurídico y, por otro lado, el grupo emergente y más potente, la burguesía, que combina su preeminencia en el mundo de los negocios, la industria, las finanzas y la propiedad rural.

Aunque ambos grupos eran muy heterogéneos, entre la vieja nobleza terrateniente y las grandes fortunas burguesas tuvo lugar, con frecuencia, un proceso de simbiosis, de tal modo que la nobleza acabó penetrando en el ámbito de los negocios y la burguesía lucho por su ennoblecimiento (más estético que social). De hecho, los monarcas europeos concedieron multitud de títulos nobiliarios a los burgueses en el siglo XIX.
Por tanto, la cúspide social estaba formada por los más ricos: parte de la aristocracia y sectores de la alta burguesía (Plutocracia). A lo largo del siglo XIX la aristocracia fue perdiendo influencia política y económica frente a la alta burguesía. La burguesía constituye la nueva élite social o minoría dirigente basada en su primacía de la propiedad y la riqueza.

La burguesía. 
Más que de burguesía debemos hablar de burguesías al ser un grupo muy heterogéneo donde podemos distinguir:
● En primer lugar, la alta burguesía de los negocios industriales, financieros o agrarios, las principales dinastías europeas de la banca, las industria pesada o las comunicaciones, con nombres tan famosos como Krupp, Thyssen, Rothschild, Péreire o Lafitte. A ella se debe agregar la burguesía agraria (grandes terratenientes).
● En segundo lugar, las clases medias donde podemos distinguir:
a) Burguesía media: pequeños negocios, propiedades y actividades profesionales. Nivel de vida alto pero no excesivo. Sus valores: trabajo, propiedad y progreso.
b) Burguesía baja: pequeño negocios, actividades agrarias, funcionarios públicos. Poder económico más aparente que real. Participan en los movimientos políticos del siglo XIX.
En la actualidad se viene hablando del “mundo burgués” y se intentan definir los valores, mentalidades e ideas propias de ese grupo social, desde la historia de las ideas hasta la filosofía han rescatado algunos de los “valores” prototípicos del burgués diseccionados con minuciosidad en las novelas de Flaubert, Zola o Balzac quienes hablan de ese “horizonte mental” que recogiendo el título de la novela de Jane Austen podría delimitarse entre el orgullo y el prejuicio.
El “estilo de vida” es un concepto vacío que hay que llenar de contenido y nada mejor que inventar una moralidad (moral) repleta de valores como el progreso, el individualismo, el orden, la familia (con su cabeza de familia, por supuesto el varón), el ahorro y todo ello girando en torno a la propiedad y la riqueza. Vamos a ver algunos ejemplos de la sociabilidad propia de burguesía:
a) El ámbito de lo privado: La casa.
 La casa era el dominio privado por excelencia, el fundamento de la familia y el pilar del orden social. Tanto el exterior como el interior de las casas eran símbolos del nivel social y de los logros adquiridos. El valor supremo de la sociedad burguesa era la propiedad, y la casa tenía, entre otras funciones, la de representar la riqueza de sus dueños.
b) El vestido y la ocultación del cuerpo.
El vestido era la expresión de las convenciones y los formalismos. Estaba concebido para ocultar el cuerpo (nunca ha estado tan oculto el cuerpo femenino como entre 1830 y 1914, incluso oculto por una sofisticada lencería íntima) y para marcar una clara diferenciación social.
c) El ocio y el deporte:
La práctica del deporte definió el ideal de vida burguesa. El fútbol, antes de ser adoptado como deporte preferido por la masas proletarias, era practicado por estudiantes en los colegios elitistas. Posteriormente lo que se llamo la práctica del sport (tenis y golf) y la asistencia al hipódromo, como signos de distinción. Al deporte se le encontró una gran capacidad para fomentar el sentimiento nacional y el individualismo competitivo, característicos de la nueva burguesía, por lo que pronto se incorporó a la educación.
d) La educación selecta al servicio de la reproducción de las diferencias sociales. La burguesía establece cuales con los contenidos “culturalmente” validos.

TEMA. CAMBIOS SOCIALES Y MOVIMIENTO OBRERO.

CRONOLOGÍA.

CONCEPTOS


TEMAS.


1. La nueva sociedad de clases: La burguesía y las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera. 
2. Bases ideológicas del movimiento obrero: El socialismo utópico. 
3. Bases ideológicas del movimiento obrero: El socialismo científico: Marx y Engels. 
4. Bases ideológicas del movimiento obrero: Ni Dios, ni patria, ni rey. El Anarquismo.
5. El internacionalismo obrero.  

PRÁCTICOS. 


Serán algunos de los que hemos comentado en clase, tanto textos como gráficos que debéis contextualizar con los temas. Al ser el primer examen irán acompañados de preguntas guiadas.