La idea central del anarquismo es la
negación de toda autoridad pública o privada, aunque no cubre más que una parte
de esta compleja y diversa ideología. Diversidad que se expresa en las
distintas tendencias de los teóricos y de los líderes del movimiento anarquista
y en los diferentes términos con los que se designa a sus partidarios
(anarquistas, ácratas, libertarios).
A
Guillermo Godwin (1756-1836) se le
considera el primer teórico del anarquismo. En su Indagación acerca de la justicia política (1793) realiza una
crítica contra toda forma de organización política. Para Godwin el hombre es
innatamente bueno y sólo la sociedad corrompida por el Estado lo corrompe a su
vez. Sus tres ideas más destacables fueron: su fe en el progreso, su confianza
en la bondad innata del hombre y la hostilidad hacia el Estado.
Por
su parte, Max Stiner (1806-1856) en
su obra El individuo y la propiedad,
atacaba violentamente la moral burguesa, la religión, la propiedad y toda forma
de organización política existente. Pero fue Proudhon quien negó tajantemente cualquier forma estatista de
gobierno, influyendo directamente en la figura más representativa del
movimiento anarquista del siglo XIX, Mijail
Bakunin (1814-1876).
En los escritos anarquistas, y Bakunin en especial,
encontramos una vertiente moral, en la que se exalta la libertad del individuo,
concebida socialmente, “sólo soy
verdaderamente libre, cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y
mujeres, son igualmente libres” ; de formula un ateismo radical, que
rechaza la Iglesia como institución pero
admite en la sociedad la pluralidad de cultos, estimando la religión un reducto
de la conciencia, y se ensalza, como instrumento de cambio social, la educación
popular. Este ideal educativo inspira la actividad de muchos anarquistas, que
difundieron las ideas por medio de la propaganda oral entres las poblaciones
analfabetas.
Desde
el punto de vista político tres ideas destacan en el pensamiento de Bakunin:
- La eliminación del Estado,
instrumento siempre represivo.
- La desaparición de los ejércitos,
innecesarios al desaparecer los Estados.
- Creencia en la revolución campesino,
hecha desde abajo, por las masas, de manera espontánea.
En
definitiva, el rechazo de todo poder. Su sociedad nueva, sin Estad, sin poderes
institucionales, se montará sobre comunas autónomas, pequeñas células en
régimen de autogestión, que elegirían por sufragio universal de hombres y
mujeres a sus autoridades y que podrán federarse o separarse libremente de
otras células similares. Dentro de estas comunas la propiedad será colectiva;
la supresión paulatina de la propiedad privada debe iniciarse por la supresión
también progresiva del derecho de herencia. El ideal del anarquismo es una
sociedad de hombres y mujeres absolutamente libres que no obedecen más que a su
razón. Su ponderación de las pequeñas células autónomas se sitúa en contra de
los resultados de la Revolución Industrial, en la que se producen grandes
concentraciones de población, y donde resulta imposible este ejercicio
constante de la soberanía por la base popular.
Al
llamado anarco-colectivismo de
Bakunin, que supone la colectivización de los instrumentos de trabajo, el
capital y la tierra, pero no de los frutos, “a cada uno según su trabajo”
sucede el anarco-comunismo, de Kropotkin,
Eliseo Reclus, Dumartheray, Paul Brousse, que predican la necesidad de
colectivizar no sólo los instrumentos sino también los productos, argumentando
que en una economía industrial es imposible determinar la parte de trabajo y en
consecuencia la riqueza acumulada pertenece a todos.
El
anarquismo del siglo XIX consideraba al campesinado y a los sectores marginados
de la sociedad como la fuerza revolucionaria por excelencia y no al
proletariado industrial. De ahí su mayor arraigo en los países y regiones de la
Europa centro-oriental y mediterránea básicamente agrarios y poco
industrializados. Rechaza la organización de los obreros en partidos políticos
(apoliticismo) con vistas a la conquista del Estado y la implantación de
“gobiernos revolucionarios” aunque sean provisionales. Piensa, en definitiva,
que la revolución debe consistir en un proceso violento y destructivo que desde
el primer momento debe tender a crear una sociedad nueva de hombres
absolutamente libres, sin Estado, sin instituciones y organizados en comunas
autónomas.
Para
lograr esos objetivos e implantar una sociedad anarquista algunos grupos y
tendencias anarquistas, no todos, fueron partidarios de la destrucción violenta
del Estado mediante diversas estrategias que van desde la revolución violenta y
espontánea a la acción directa o el terrorismo (la “propaganda por los hechos”)
que consistía en atentados dirigidos contra personas o instituciones
estrechamente ligadas al orden capitalista y burgués.
Desde las 21.20 del dia 3/10/2017)me declaro seguidor de estas ideas ml padre Luis pallares pallares (1909-1983)fue defensor de esta postura detenido por el franquismo desde 1940 y liberado en el 1953 VIVA EL ANARQUISMO
ResponderEliminarAnor.al
EliminarQue son las comunas autónomas , la idea anarquista es muy "bonita", pero, no tengo ni idea como nos gobernariamos con las comunas autónomas. Ya que las interpretó como si fueran partidos políticos , por supuesto ya se habrán dado cuenta que no tengo ni idea de política.Pero esto de "ni Dios ni Patria ni Rey , me gusta.
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