De tanto marxismo dogmático se les olvido leer a Marx y claro, al final, todo lo sólido se desvanecía en el aire. Los que le veíamos salir en TVE junto a Reagan de pronto supimos que los nuevos mapas de la Europa contemporánea ya no iban a ser en rojo y azul como aparecían en el libro de EGB, por otro lado, aquel muro sólido que parecía una cordillera se convirtió en un inmenso fluido. Hoy el muro y Gorbachov son soportes neutros, de arte urbano el primero, de la moda pija el segundo, quizá era eso la opacidad, pura neutralidad, el cero absoluto. En fin, face to face with ourselves.
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